Ir al contenido principal

El volumen de aguas provenientes de fuentes domésticas, comerciales e industriales está aumentando debido al crecimiento de la población, la urbanización, la adopción de nuevas tecnologías y la explotación de recursos minerales. Esto ha convertido a las aguas residuales en un problema costoso de solucionar y compensar en caso de contaminación en o por plantas de tratamiento de aguas, centrales de paso, distribuidores de agua potable, manejo de aguas o plantas desalinizadoras, entre otras.

Estas empresas a menudo enfrentan una visión social negativa hacia el medio ambiente desde las etapas iniciales de sus proyectos. Siendo complejo y de gran inversión comunicacional para corregir esa imagen inicial de la población, ONG, etc. Un evento de contaminación puede ser lapidario “socialmente” para estas empresas y sus directorios. 

Históricamente, las aguas residuales sin tratamiento se han utilizado de manera riesgosa, y se estima que se riegan aproximadamente 300 millones de hectáreas en todo el mundo con estas aguas.

Dado que las aguas residuales son un componente clave en la gestión del ciclo del agua, se ha popularizado el uso de plantas de tratamiento dentro de los predios de diferentes industrias, manufacturas, comercios y servicios. Por lo tanto, es necesario desarrollar esta actividad con un respaldo medioambiental en caso de contaminación, ya sea por negligencia en la operación o por eventos naturales como marejadas, lluvias, vientos o sismos. Esto permitirá una respuesta rápida y garantizará una imagen positiva de las plantas de tratamiento de agua como una contribución a las crisis hídricas, convirtiendo las aguas residuales en un recurso en lugar de un pasivo.

En términos de riesgo ambiental, la distribución, captación y tratamiento de aguas puede presentar diversos desafíos. Por un lado, el manejo inadecuado de las aguas residuales puede resultar en contaminación de los cuerpos de agua, afectando la calidad del agua potable y dañando los ecosistemas acuáticos. Esto puede tener graves consecuencias para la salud humana y el medio ambiente.

Además, la extracción y distribución masiva de agua puede agotar los recursos hídricos disponibles, especialmente en áreas con escasez de agua. Esto puede tener un impacto negativo en la disponibilidad de agua para consumo humano, agricultura y actividades industriales.

En términos de respuesta a eventos de contaminación, es importante contar con sistemas de monitoreo y alerta temprana para detectar rápidamente cualquier incidente y tomar medidas correctivas de inmediato. Además, las empresas y operadores deben contar con planes de contingencia y resiliencia para hacer frente a situaciones de emergencia o desastres naturales que puedan afectar el suministro y tratamiento de agua.

En respuesta a estos desafíos, se hace necesario implementar prácticas de gestión sostenible del agua, basadas en principios de economía circular, como los mencionados anteriormente.

En conclusión, la distribución, captación y tratamiento de aguas presenta un riesgo ambiental significativo debido al crecimiento de la demanda y los posibles impactos negativos en la calidad del agua y los ecosistemas acuáticos. Sin embargo, con una gestión adecuada y sostenible, es posible minimizar estos riesgos y convertir las aguas residuales en un recurso valioso en lugar de un pasivo.

Al operar una planta de tratamiento de aguas residuales, existen diversos riesgos ambientales que deben ser considerados y gestionados correctamente. Algunos de los principales riesgos son los siguientes:

  • Contaminación de cuerpos de agua: Si la planta de tratamiento no opera adecuadamente, puede haber fugas, vertidos o derrames de aguas residuales tratadas o productos químicos utilizados en el proceso de tratamiento. 
  •  Impacto en la vida acuática: Un funcionamiento inadecuado de la planta de tratamiento de aguas residuales puede provocar la liberación de contaminantes en el agua tratada que son perjudiciales para la vida acuática. 
  • Emisiones de gases de efecto invernadero: Durante el proceso de tratamiento de aguas residuales, pueden producirse emisiones de gases de efecto invernadero, como metano y dióxido de carbono. 
  • Generación de residuos sólidos: La operación de una planta de tratamiento de aguas residuales también puede generar residuos sólidos, como lodos o sedimentos, resultantes del proceso de tratamiento. 
  • Consumo de energía: Las plantas de tratamiento de aguas residuales requieren una cantidad significativa de energía para su funcionamiento. Esto puede contribuir a la emisión de gases de efecto invernadero y al agotamiento de recursos naturales. 

Para mitigar estos riesgos ambientales, es esencial aplicar buenas prácticas de gestión, implementar sistemas de monitoreo y control, contar con un programa de seguros adecuados, capacitar adecuadamente al personal, cumplir con regulaciones y normativas ambientales, y promover la adopción de tecnologías más limpias y sostenibles en el proceso de tratamiento de aguas residuales.

Una póliza de riesgo ambiental no solo dará tranquilidad al asegurado de poder contar con un capital adecuado que le permita manejar de la mejor manera una situación de contaminación. También otorga tranquilidad a las comunidades vecinas donde operan estas industrias. 

En Chubb, ofrecemos seguros de responsabilidad ambiental para cubrir estas y otras obligaciones que puedan surgir de un evento ambiental.

 

Nuestra cobertura básica incluye:

  • Gastos de remoción y remedición por evento de contaminación súbita o gradual en predios propios y de terceros.
  • Cobertura de manejo de crisis
  • Transporte de productos y/o desechos.
  • Cobertura para tanques aéreos y/o soterrados.
  • Gastos de defensa e indemnización por reclamos de terceros.