En 2010, tras el terremoto del 27F, se decretó la suspensión por 72 horas de todo espectáculo masivo entre las regiones de Valparaíso y La Araucanía, afectando así una serie de compromisos que artistas como Los Fabulosos Cadillacs, Raphael y Ricardo Arjona, entre otros, tenían agendado para esas fechas.
“Si esos espectáculos no hubieran estado asegurados, se hubiesen convertido sin duda en un gran problema para los productores detrás de éstos”, dice Marcelo Barrios, Gerente de Responsabilidad Civil de Chubb en Chile, aseguradora con amplia experiencia a nivel mundial y local en la cobertura de grandes eventos, tales como Lollapalooza o el Festival de Viña del Mar. Este último también afectado por el terremoto del 2010, donde se tuvo que cancelar su noche final, en la que se presentarían, además de los mencionados Fabulosos Cadillacs, los números nacionales Los Jaivas y Beto Cuevas.
“Para levantar un festival se requiere un aparato complejo en términos de presupuesto, logística y contratación de servicios. Esto significa un alto costo monetario que debe ser recuperado por medio de patrocinios, venta de espacios publicitarios y venta de entradas. De no efectuarse el evento, no se produce el ingreso de dinero esperado, lo que significa un duro golpe económico para el productor si no tomó las precauciones necesarias”, dice Barrios.
De acuerdo a cálculos de la firma española Grupo GTS, con amplia experiencia en eventos musicales en América Latina, la cancelación de un evento de nivel internacional puede llegar a representar pérdidas mayores a los 3,5 millones de dólares.
Marcelo Barrios señala que, ante esta magnitud de riesgos, el 1% del presupuesto total del evento, que es lo que aproximadamente representa la contratación de un seguro, es una de las inversiones más rentables que un productor local puede hacer.
Este es un dato importante para las productoras chilenas, considerando las perspectivas de la industria del entretenimiento, que está demostrando ser una de las más dinámicas a nivel mundial.
Si bien el último informe Global Entertainment and Media Outlook, de la consultora Price WaterhouseCoopers, correspondiente al periodo 2017-2020 proyectó una leve desaceleración en el crecimiento global de este mercado, todavía se estiman tasas en torno al 4,45%, confirmando que es un sector dinámico que se diversifica y genera riqueza. Prueba de ello es que, en 36 de los 54 países analizados en el informe, la industria del entretenimiento crece a un ritmo mayor que su PIB.
Específicamente dentro del mercado del entretenimiento, la música en vivo es el área con mejores proyecciones, estimándose un crecimiento en la venta de tickets de más de 3% anual de aquí al 2022, de acuerdo al mencionado informe.
Las pólizas que cubren la cancelación de eventos han ido evolucionando para integrar mecanismos que se adapten a cada necesidad. Al respecto, Marcelo Barrios comenta: "El productor del evento puede contratar una cobertura básica, y sobre ésta, coberturas adicionales específicas. La vigencia puede ser por determinada cantidad de tiempo o eventos, o bien por evento único, más común en presentaciones de nivel internacional".
La póliza está pensada para cubrir las pérdidas que causen imprevistos fuera del control del asegurado, el cual puede optar por cubrir simplemente los gastos de producción incurridos o también el beneficio o ganancia proyectada.
Ante la necesidad de asegurar un evento masivo, la recomendación entonces es, primero, realizar una evaluación exhaustiva de los riesgos asociados a éste. “La aseguradora puede aportar su experiencia y personal calificado para entregarle recomendaciones al organizador respecto a la disminución de los riesgos y las medidas de emergencia para enfrentar lo inesperado” comenta Barrios.