“Hoy es tiempo de pensar en la ecología, en el medio ambiente y en los empleados”, dice este agente sobre los cambios que ha ido implementando desde mayo, con miras a la celebración de los 50 años de la firma fundada por su padre.
Raúl Coka Barriga tiene una buena razón para celebrar la pronta llegada del 2023.La firma que inició su padre en 1973, Raúl Coka Aguirre, cumplirá nada menos que 50 años en el mercado. Un tiempo en el que han experimentado un crecimiento continuo, no sólo en Ecuador, sino también en México, principalmente a través de seguros de accidentes personales para estudiantes de colegios y universidades, y también microcréditos y pólizas que apuntan a sectores de bajos recursos, los que por lo general no tienen acceso a estos servicios en la banca tradicional.
“Hacemos inclusión financiera. Por ejemplo, colocamos seguros solidarios, grupales, en comunidades rurales. Voy a visitar a los indígenas a los campos. Muchos ni siquiera hablan español. Mi asesor les explica el negocio en quechua”, explica.
En la industria de seguros, es bastante frecuente que padres e hijos trabajen juntos. Pero Raúl no quería ser agente: su objetivo era estudiar agronomía fuera de Ecuador y luego volver para, ojalá, administrar su propia finca. Pero por diversas razones —entre ellas, un accidente en auto— terminó siguiendo los pasos de su padre. Era 1986, tenía 18 años y, recién salido del colegio, comenzó a estudiar administración de empresas en horario nocturno. Como tenía el día libre, le propuso a su papá ayudarle.
“Yo pensaba que no era bueno para vender, pero me puse a vender el primer día”, recuerda. “Mi meta era alcanzar el millón de dólares y hacíamos 200 mil; era de locos. Entonces ponía mucho esa canción ‘Mi primer millón’, del grupo Bacilos para motivarme. Empecé en lo comercial, pero hice de todo: fui asistente, contador, secretario y gerente, todo al mismo tiempo”.
Lo que más le gustó de este trabajo fue descubrir que a través de él se puede ganar dinero haciendo un servicio que es muy importante para la sociedad. “Si alguien tiene un choque, ahí estamos. Lo bonito de esta industria es que siempre estás motivado y puedes innovar, siempre hay más cosas por hacer y así ir ofreciendo mejores soluciones. No es para nada un trabajo aburrido”, cuenta.
Con Chubb, Raúl tiene una relación de larga data que describe como “excelente”. “Es una compañía muy preocupada por el corredor; hacen concursos, convenciones, te incentivan mucho a vender”, explica.
“Si tuviera que describir a Chubb con una palabra, diría que es una compañía seria, que entiende y apoya, y es colaborativa”.
Luego de la pandemia, la manera de trabajar en la firma dio un gran giro: hoy han dejado atrás muchas rigidices en los sistemas de trabajo para enfocarse más en las metas y la calidad de vida de los colaboradores. “Veo con preocupación como muchas empresas siguen haciendo lo mismo que hacían antes. Hoy es tiempo de pensar en la ecología, en el medio ambiente y en los empleados. Cuando la gente está feliz y tiene mejor calidad de vida, eso permite que sean más productivos”, asegura.
Para lograr una adecuada combinación entre flexibilidad, resultados, ecología y bienestar, Raúl ha implementado lo siguiente: